Estado del Arte de la Ciberseguridad en América Latina: Retos y oportunidades
El ciberespacio, como bien sabemos, no tiene fronteras, de tal suerte que las amenazas digitales no eligen bandera o límites territoriales; aunque sí elige objetivos atractivos y/o significativos.
Es por esto por lo que, habiendo caminado tanto en la región, escribo de ella, porque América Latina se enfrenta a desafíos significativos en materia de ciberseguridad a medida que la región se adentra mucho más en la era digital.
La ciberseguridad es un tema de interés creciente a nivel global, sin duda cada país de la región se esfuerza por proteger sus infraestructuras críticas, empresas y ciudadanos de los siempre acechantes peligros del ciberespacio y de la presencia en este.
Analizaremos, sin presumir de erudito, el estado actual de la ciberseguridad en América Latina, identificando las debilidades y oportunidades en la región. Y bueno, quisiera iniciar reconociendo las debilidades que presumo que están más a la vista.
Primeramente, he de reconocer que la infraestructura tecnológica -no en todos los casos, países, empresas, etc.- se encuentra legada o desactualizada.
A pesar de los avances en digitalización y en contrapeso con la penetración de Internet en América Latina la cual supera el 76%, todavía enfrentamos desafíos en términos de infraestructura tecnológica, lo que aumenta la superficie de ataque y las vulnerabilidades a los ciberataques en esa superficie.
La prioridad de los países, sin duda, ha sido presionar para garantizar al acceso a Internet y a las comunicaciones modernas. Ahora bien, la consecuencia de esto ha sido masificación de dispositivos móviles y de Internet de las Cosas (IoT). De maneta que la región experimenta una alta tasa de adopción de dispositivos móviles de toda gama, con Android siendo el sistema operativo dominante, el cual es conocido por su natural exposición y vulnerabilidad frente al malware, lo que aumenta el riesgo de ciberataques.
Ahonda los dolores la evidente falta de profesionales capacitados en ciberseguridad, lo que dificulta la implementación y mantenimiento de medidas de seguridad adecuadas. Los esfuerzos país como dije se enfocan más en las infraestructuras críticas y de comunicaciones que en impulsar la formación de técnicos, especialistas y profesionales en ciberseguridad, que a su vez impulsen una cultura de conciencia e higiene digital en la sociedad civil, las empresas y gobiernos.
Llama poderosamente la atención -amen de los diversos y lesivos ciberataques sufridos en la región-, la baja priorización de la ciberseguridad desde todos los flancos.
A pesar de la creciente amenaza de ciberataques, los responsables de la toma de decisiones entre los diversos actores sociales, los cuales a menudo consideran la ciberseguridad como un problema tecnológico más en su ecosistema de riesgos, sin darle la relevancia y prioridad necesaria.
Así a manos alzadas, a diez mil pies, como dicen, la visión de este cibernauta al avistar las debilidades más relevantes que enfrentamos como región.
Por supuesto que esto abre por consecuencia un panorama de oportunidades que se deben catalizar como mejoras a la Ciberseguridad en América Latina, por lo que les planteo algunas de las oportunidades más significativas desde esta vitrina.
Cada actor social en nuestras sociedades tiene la enorme oportunidad de fortalecer el control de riesgos en su patio, sea este un país, una empresa o individuo.
El BID recomienda que América Latina fortalezca el control de riesgos a través del establecimiento y cumplimiento de estándares para las organizaciones, para las tecnologías y para los servicios que ofrezcamos a nuestros mercados meta, lo que ayudara sin duda a reducir la vulnerabilidad a los ciberataques.
La colaboración nacional e internacional entre países y sectores es crucial para abordar los desafíos de ciberseguridad. La creación de foros, organizaciones y mecanismos de comunicación ayudará a fortalecer la respuesta a los incidentes de ciberseguridad.
¡Seriedad, amigos! No podemos eludir la necesidad de invertir tiempo, talentos y recursos en educación y capacitación. La inversión en la educación y capacitación de la sociedad en temas como la conciencia e higiene digital y a los profesionales en el vasto campo de la ciberseguridad, serán de enorme ayuda para reducir la escasez de talento y la brecha digital en la región, de manera que se pueda mejorar la capacidad de respuesta a los ciberataques.
Subestimamos la relevancia de la adopción de marcos normativos regionales, y debo decir que la adopción de marcos normativos regionales y regulaciones vanguardistas a nivel nacional ayudara a establecer un estándar de ciberseguridad en la región.
Dicho más concreto, si como sociedad local maduramos en este sensible campo, será mucho más simple transversar y correlacionar esfuerzos para proponer el alineamiento o incluso la construcción de un estándar de ciberseguridad para la región.
Claro que, como cada uno de sus países miembros, América Latina se enfrenta a desafíos significativos en materia de ciberseguridad, pero también hay oportunidades para mejorar la situación.
La región debe fortalecer su infraestructura tecnológica, capacitar a profesionales en ciberseguridad y promover la colaboración nacional e internacional para abordar los desafíos de ciberseguridad. Al aprovechar estas oportunidades, América Latina puede construirse como una región más segura y resiliente en el ciberespacio.
El ciberespacio, como bien sabemos, no tiene fronteras, de tal suerte que las amenazas digitales no eligen bandera o límites territoriales; aunque sí eligen objetivos atractivos y/o significativos.
Es por esto por lo que, habiendo caminado tanto en la región, escribo de ella, porque América Latina se enfrenta a desafíos significativos en materia de ciberseguridad a medida que la región se adentra mucho más en la era digital.
Analizaremos, sin presumir de erudito, el estado actual de la ciberseguridad en América Latina, identificando las debilidades y oportunidades en la región.
