Estrategia: priorizar la experiencia y el reconocimiento…

Como emprendedor tengo claro que “una organización es tan buena como su talento humano”, de modo que garantizar que colaboradores vean a su empresa de manera positiva, es vital para la retención del talento y para la productividad.

“Poner a su personal primero, no solo es lo correcto; además tiene un enorme sentido comercial”.

Por cierto, una encuesta reciente de Gartner da la razón al descubrir que el 64% de los líderes del mercado están trabajando fuertemente en mejorar la experiencia de su talento humano.

La experiencia del recurso humano no es cómo su personal encuentra la experiencia de trabajar para su organización, sino, además garantizar que se sientan positivos y apreciados acerca de su rol en el trabajo, en la cultura y entorno organizacional, de manera que el sentido de pertenencia y reconocimiento, eleve la fidelidad y la productividad de manera simbiótica.

Ahora bien, no se trata solo de ventajas y beneficios -como descuentos para empleados, almuerzos de equipo, beneficios en seguros médicos o regalías-, se trata de cómo toda la estructura de la empresa, desde la oficina física y la tecnología, hasta la distribución de responsabilidades en el trabajo, impacta día a día y da forma a la percepción de la empresa.

El mercado es cada vez más agresivo y las organizaciones hacen más para asegurarse de atraer y retener al mejor talento. ¡Lo han entendido! El talento humano es un pilar del éxito.

Sin duda, las empresas son juzgadas por su cultura y por la experiencia o clima laboral, sin menosprecio del salario, incentivos adicionales, su prestigio y la oportunidad que ofrecen de crecer, producto de su mismo atractivo.

Un colaborador que crece con la empresa, es un activo valioso, leal y comprometido con ella. Una experiencia laboral positiva es sinónimo de mayor rendimiento y mayor productividad.

La encuesta Talent2020 de Deloitte, un estudio global que explora las prioridades cambiantes del talento en todas las industrias, ha descubierto que más de una cuarta parte de los trabajadores actuales, planean dejar a sus empleadores el próximo año. Está claro que se debe hacer más para retener a sus mejores empleados, y eso significa escuchar a su personal y abordar cualquier desafío en materia de ambiente o clima laboral.

Las empresas son examinadas sobre cómo manejan el clima laboral desde todos los ángulos, incluido el soporte tecnológico, el bienestar, el equilibrio, la seguridad, el confort, la flexibilidad de horarios, la usabilidad y ergonomía de los espacios, el mobiliario, la iluminación, el trabajo remoto y por supuesto; la cultura organizacional.

Dado que la mayoría de las organizaciones dependen en gran medida de la tecnología para realizar negocios, es lógico que deba incluir la tecnología como pilar en su estrategia. Si lo hace bien, la tecnología puede desempeñar un rol importante en la creación de una experiencia positiva, desarrollando una fuerza laboral más feliz, comprometida y productiva; toda vez que la empresa misma crecerá como la espuma en su nicho de mercado.

La estrategia de TI como un conjunto, es crucial para garantizar que los colaboradores obtengan todo lo que necesitan. Eso significa centrarse en las herramientas y dispositivos que se adaptan a los roles laborales, interrogando continuamente al entorno y al progreso de cara a la implementación de esa tecnología; asegurando precisión, eficiencia y eficacia en la entrega de productos y servicios. La clave de todo esto es descubrir lo que el talento humano requiere para hacer la magia de la mejor manera en sus labores.

La tecnología usada día a día, debería permitir la productividad con puntos de acceso fáciles y herramientas y plataformas intuitivas. También debe invertir activamente en tecnologías que permitan mejores formas de trabajo y ayuden a abordar los desafíos planteados por los empleados o provocados por las prácticas comerciales cambiantes, como la oportunidad de trabajar remotamente, no solo desde su casa, sino desde cualquier otro lado.

Las actualizaciones tecnológicas, tanto de hardware como de software, pueden son muy importantes, porque garantizan que no quedar atrapados en tecnología desactualizada y asegura a la compañía la evolución sobre sus necesidades y su inversión en el tiempo.

Se recomienda, modelar las necesidades por área de negocio considerar las opiniones y experiencias en el proceso de toma de decisiones. Los departamentos a menudo tienen prioridades diferentes: su equipo de ventas puede necesitar dispositivos portátiles de aspecto profesional que puedan llevar a reuniones de negocios, mientras que las computadoras de escritorio de alto rendimiento pueden ser cruciales para el equipo de IT.

El uso de recursos, servicios y aplicaciones en la nube, significa que se pueden simplemente iniciar sesión en su cuenta donde sea que estén y desde cualquier dispositivo, accediendo fácilmente a las aplicaciones y datos relevantes para el desarrollo de sus labores. Esto puede marcar una gran diferencia en la calidad de la experiencia laboral.

La ciberseguridad es otra área donde debe pensarse sobre la experiencia y la cultura del talento humano. Este componente al ser transversal, debe contemplar la retención y el desarrollo continuo del talento humano dedicado a esto.

Asegurar que los ecosistemas de seguridad sean herméticos es primordial. Esto debe además ser impulsado por la inversión oportuna en soluciones que probadamente seguras y sencillas de usar.

La inversión en ciberseguridad le mostrará a su recurso humano que la seguridad es algo que se toma en serio y envía el mensaje de que es responsabilidad de todos, para lo cual se debe promover la educación en ciberseguridad como parte de la cultura organizacional.

Las pautas en ciberseguridad deben ser claras para que el colaborador se sienta seguros, empoderado, comprometido, advertido y desarrolle su capacidad para evitar riesgos.

Desde la retención del talento, pasando por la cultura organizacional, hasta la productividad; mantener a su talento humano feliz, agradecido y motivado es esencial para garantizar el éxito de la empresa hasta convertirla en un enorme diferenciador.

Recuerde: “los colaboradores no renuncian al trabajo, sino a sus jefes”, la cultura organizacional permea desde los mandos directivos, hacia abajo; es decir, el poder transfiere –desde la tiranía o desde la inteligencia emocional-, de norte a sur y se extiende así, de este a oeste.

Frases como: “para eso le pagamos”, “agradezca que tiene trabajo”, entre otras; o un lenguaje que atenta contra la dignidad humana, contra la autoestima de la persona o que transmite menosprecio, frustración, enojo o ira innecesaria, son el condimento ideal para que su mejor talento humano decida alejarse de su empresa… y con eso, usted podría estar acabando con su propio negocio.