Fideicomiso de datos.

Marvin G. Soto
6 min readMay 7, 2021
Imagen de: GoodVPNs

Según hemos visto en el devenir de las evoluciones tecnológicas y desde que se le ofreció al internauta espacios sociales donde compartir su vida con amigos y conocidos, expresar emociones y/o tener un diario personal que pueda ser leído por “todos”, ha quedado claro que confiar en que el usuario gestione sus propios datos, no es realista.

En contraposición, los tenedores de datos, es decir; las empresas de todos los sabores y tamaños y claro; los gobiernos, han sacado una pésima calificación gestionando nuestra información, la cual ha sido sometida a abusos, filtraciones y malos usos evidentes en numerosas ocasiones.

Como usuarios, parece irracional esperar que leamos esos extensos e incomprensibles términos y condiciones de letra muy pequeña y amañada al usar algún servicio; mucho menos esperar que hagamos la pausa y evaluemos sus riesgos, porque es como si nos pidieran que analizáramos la potabilidad del agua que nos entrega el proveedor, cada vez que quisiéramos un vaso de ella.

Sumado, hay una premeditación de los lugartenientes del Internet en su insaciable hambre por crear enormes pantanos y lagos de nuestros datos con fines de analítica, mercadeo, manipulación de contenidos, control de masas, estrategias políticas y demás derivados de algoritmos de aprendizaje basados en inteligencia artificial.

Imagen de thinglink.com

¿Cómo podemos lidiar con esto? En serio parece una parafernalia, dado la insipiencia de la autocultura de protección a nuestra información personal y a las artimañas de los recaudadores; lo que por consecuencia atenta contra nuestra privacidad como derecho fundamental; cuando no es posible presupuestar soluciones o confianza, ni de un lado, ni del otro.

Hay numerosas estrategias para recopilar y utilizar nuestros datos, resulta difícil imaginar que una reglamentación por amplia que sea, ser suficiente ¿Qué pasaría si existiera algo para defender nuestro derecho sobre nuestra información y sobre nuestra privacidad?

Si pero no! En las palabras del querido profesor en una clase asociada al derecho. Sí, porque hay una buena noticia, una que está en el horizonte de las tecnologías emergentes. No porque, bueno, ya lo leerán infra. La buena noticia, es que se ha comenzado a platicar sobre los fideicomisos de datos como solución al tema. Tantito que ya les explico.

Los fideicomisos son entidades en las que algunas personas se ocupan de un activo en nombre de otras personas que lo poseen, generalmente en grupos. Los fideicomisos de datos son un concepto relativamente nuevo, pero su popularidad ha crecido rápidamente.

En un fideicomiso de datos, los fideicomisarios, es decir; custodio de los datos, velaría por los datos o por los derechos sobre los datos de esos grupos de personas, con el deber de actuar basados en el mejor interés de sus datahabientes; es decir, los fideicomisarios de datos tendrían el deber legal de actuar en el mejor interés de los propietarios.

Eset modelo, fue propuesto por primera vez por el Gobierno de Reino Unido como una forma de regular el poder sobre los grandes conjuntos de datos a disposición del entrenamiento de la inteligencia artificial (IA).

Ya para 2020, la Comisión Europea presentó los fideicomisos de datos como una vía para aumentar los datos disponibles para investigación e innovación. Posteriormente, el Gobierno de la India hizo público un plan que incluía los fideicomisos de datos de una manera destacada como mecanismo para ofrecer a las comunidades un mayor control sobre sus datos.

Les amplio un poco cómo se funciona el fideicomiso de datos: Supongamos que un grupo de usuarios de una red social quieren constituir un fideicomiso de datos. Buscan un fideicomisario, el cual determinará en qué condiciones el fideicomiso permitiría a la red social recopilar y utilizar los datos de esas personas. Podrían, por ejemplo; establecer reglas sobre los tipos de segmentación permitidos que las plataformas podrían emplear para mostrar anuncios a los usuarios del fideicomiso. Si la red social no cumple, el fideicomiso retiraría el acceso de la empresa a los datos de sus miembros.

Por cierto, hace un algunas lunas escribí un artículo llamado: “La privacidad: el derecho más importante de nuestro tiempo” en el cual cuestionaba justamente el hecho de tener que pagar por nuestro derecho a la privacidad, pues bien, he aquí otro ejemplo de esto. Claramente los fideicomisarios no actuaran por amor al usuario. Pagaremos por nuestra privacidad, con el beneficio de tener un protector de cabecera para nuestra información.

Claro, los fideicomisarios de datos podrían sopesar los intereses individuales frente a los beneficios y daños colectivos. En teoría, debido a que el fideicomiso de datos representa a un colectivo, podría negociar los términos y las condiciones en nombre de ese grupo. Por lo tanto, nos permitiría de alguna foema ejercer nuestros derechos como productores de datos de la misma manera que las fuerzas gremiales os sindicales facilitan que los trabajadores ejerzan sus derechos como proveedores de trabajo.

Ahora bien, razonando en el tema a mí me resulta difícil imaginar que en el estado de “cuasi anarquía tecnológica” en que hemos caído, una potencia tecnológica acepte tratar con algo así. Vimos hace poco como una red social, por cierto, tuvo sendas diferencias con una isla del pacifico sur, que de paso está en el G8. Otro ejemplo, fue la última rabieta de esa misma red social, la cual amenaza con cobrar por consumir su aplicación a los usuarios de un fabricante de teléfonos celulares, el cual en la última actualización del sistema operativo para el dispositivo, da la libertad y el control al usuario de decidir si bloquea la exfiltración de datos del móvil hacia esa red social.

Es decir; a menos que lo hagamos en grupos significativos, como usuarios tenemos pocas posibilidades de éxito. Quiero decir; podríamos formar un fideicomiso de datos, pero, a menos que todos estemos dispuestos a agruparnos; sea para dejar la plataforma juntos, para luchar juntos o que los gobiernos nos proporcionen mayores mecanismos de protección territorial al mejor estilo de la Unión Europea, ese fideicomiso tendría muy poca influencia.

Sin embargo, no todo está perdido porque los fideicomisos podrían permitir a las personas agruparse para proteger su privacidad y colegiadamente aceptar ponerlos a disposición de la industria para usos que beneficien a todos. También ayudarían para que las organizaciones que quieran demostrar su compromiso con la privacidad, puedan acceder a constituir fideicomisos de manera que garantice la protección del derecho a la privacidad y la intimidad como derechos inalienables y no como privilegios, en vez de los intereses mercantiles del corporativo.

El problema que los fideicomisos de datos pretenden abordar son apremiantes. Es verdad que estos fideicomisos no son la única solución para los crecientes problemas de privacidad, pues hay otros posibles mecanismos, incluidas las cooperativas de datos y las uniones de datos, todos ellos abordarían problemas similares, de diferentes maneras.

El fondo de este análisis es que debemos hacer algo y parece que la solución no es individual. Debemos formar grupos de poder para ayudarnos a recuperar el control de nuestros datos, para poder ejercer nuestros derechos y garantizar que el intercambio de datos nos beneficie a todos.

Fuente: MIT Technology Review

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Marvin G. Soto

Pensador, innovador, luchador, enamorado de su profesión, apasionado por las letras… de dificil renunciar y lejano a rendirse…