Huella Digital

Marvin G. Soto
3 min readMay 11, 2016

La plena conciencia de que en el mundo virtual, todos dejamos huella, nos permite comprender las secuelas de estas de cara a nuestra convivencia futura. Se han catalogado dos clasificaciones principales de huellas digitales (Digital footprint): las pasivas a las que llamamos sombra digital y las activas también conocidas como identidad digital. Procedo a ampliar los conceptos de forma separada:

Sombra Digital (Digital Shadow)

Creamos huella digital pasiva, cuando los datos se recolectan o se generan sin que sea del conocimiento o consentimiento del individuo. Concluimos entonces que la sombra digital (pasiva); puede almacenarse de muchas maneras dependiendo de la situación; por ejemplo:

En un entorno en línea, la sombra digital puede ser capturada como un “hit” o un “clic”, algo así como un “me gusta” o una “etiqueta” en una red social. Mediante esta sombra puede rastrearse la dirección IP del usuario, determinarse cuándo fue creada la publicación, de dónde venían geo-posicionalmente los datos, también puede obtenerse la identidad digital que generó la información.

En un entorno fuera de línea, la sombra digital puede almacenarse en archivos, los cuales pueden ser gestionados por administradores de la información para conocer las acciones realizadas en la máquina, sin ser capaz de ver que o quien los realiza. Por ejemplo; los datos registrados en un sistema, para conocer elementos de interés del sujeto de cara a alguna actividad particular. Como las bases de datos de talento humano, las campañas de firmas en línea, el registro en eventos o actividades, para citar casos.

Nótese que son acciones voluntarias aunque muchas veces sin conciencia plena, ejercidas por el usuario o por personas en los círculos directos del individuo, por lo que son datos legalmente retenidos por los terceros.

Identidad Digital (Digital ID)

Se generan huellas digitales activas cuando los datos personales son lanzados deliberadamente por el individuo con el propósito de compartir información acerca de si mismo a través de sitios web, redes sociales o sistemas en línea. Se pueden almacenar de muchas maneras dependiendo de la situación, por ejemplo: Al ensamblarse siempre en entornos en línea, significa que un usuario puede permitir su entrega, porque se registra en un sitio web, en una red social, en un sistema de reclutamiento y selección; también cuando crea y gestiona su correo, al hacer una publicación en una red social, en un blog, al aceptar explícitamente el acceso a sus datos –esa letra pequeña que casi nunca leemos-, más intrusivamente la identidad digital puede ser almacenada en archivos (cookies) cuando accedemos a sitios Web, etc…

La mecánica para generar identidad digital es simple; el sistema de captura –cual sea-, toma los datos y los ofrece como una nueva entrada que será analizada y procesada por otro sistema. Estos nuevos datos determinan como el usuario se comporta, como ha reaccionado o la forma en que han sido o serán influenciados por esta interacción de cara a su vida más allá de lo virtual.

Entender que no existen dos mundos (real y/o virtual) para el individuo, sino un entrelazamiento que definirá la identidad integral del sujeto. Nuestra interacción construye una huella digital basada en los datos sociales sean públicos o privados, permitiendo a quien los obtiene construir una huella digital que puede determinar el qué, el cómo y el porqué de nuestras interacciones, nuestro potencial comportamiento y nuestros círculos sociales, además de nuestras preferencias, inclinaciones, hábitos y nuestro geo-posicionamiento.

Publicado en: Revista Digital Haciendo Clic de CAMTIC

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Marvin G. Soto

Pensador, innovador, luchador, enamorado de su profesión, apasionado por las letras… de dificil renunciar y lejano a rendirse…