La Internet de los muertos…

Marvin G. Soto
3 min readJun 7, 2016

--

Este asunto que les platico, es algo que me perturba y que no me quito de la cabeza desde hace mucho tiempo, tiene que ver con la Internet, pero con esa Internet de los ausentes, de quienes ya no están entre nosotros… Entender, descifrar y gestionar como dar tratamiento a este tema resuena en mi cabeza con frecuencia y lo hace inevitablemente en situaciones en que perdemos a alguien, alguien que sin duda tiene una identidad digital.

Hoy día (junio 2016[1]), transitamos de forma activa y diariamente, por las calles de la Internet cerca de 3400 millones de personas y hay un poco más de 1000 millones de sitios Web. Estos son datos visibles de personas y portales que reportan actividad a diario. Para granular un poco más, decir que se reportan 1660 millones de usuarios activos de Facebook, 443 millones de usuarios de Google que reportan actividad y 305 millones de Twitteros también activos. Diariamente se reproduce el equivalente también a 3880 millones de videos.

Aquí es donde surge la pregunta: ¿Qué pasa con todos los contenidos publicados por personas que hoy no nos acompañan físicamente? ¿Qué pasa con las webs de todos aquellos que ya no están? Esas webs que son parte del legado que nos dejaron, ¿cómo se adaptan al cambio, si es que lo hacen?

La cantidad de información en redes sociales de personas que ya no están es abrumadora. No hablo de datos científicos, investigaciones o contenidos que aportan significativamente a la historia general de la humanidad… Hablo de la información ordinaria de las personas, fotos, vivencias, post, pensamientos expresados, etc.

Hagamos un ejercicio simple; si cada uno de los seres humanos que han pasado por la Internet y que ya no está en el mundo de los vivientes –supongamos que la cifra es aproximada a 1500 millones[2] desde que existe la Internet públicamente (1990–2016[3])-, almacenó en su identidad digital el equivalente a 5 Mb (estimación baja), tendríamos que el almacenamiento acumulado será de 7,5 zetabytes. Esa cifra es ruidosa si entendemos que es información pasiva, para muchos inútiles o desactualizada –dicho respetuosamente y sin ánimo de ofender-.

Sin desmerecer a la Internet como plataforma de desarrollo de la humanidad en tiempos modernos, entendida como la ‘revolución’ del siglo XXI, diríamos también que es un enorme cementerio de datos, de recuerdos, de contenidos; cuyo sistema de drenaje no ha sido tomado con seriedad. Consta en mis investigaciones que solo el gigante Google ha abordado mecanismos para regular la asimetría de los datos, en su interés de validar y depurar la vigencia de los contenidos a través de sus búsquedas. Esto lo ha hecho primero advirtiendo la necesidad de usar HTTPS para lograr posicionamiento y luego favoreciendo en los rankings a los sitios que usan certificados SSL. Pero este esfuerzo es a nivel de sitios Web… ¿Qué pasa con la información que colocamos en redes sociales o repositorios de datos?

Consideremos además que hay centenares de redes sociales conocidas, tanto para publicar diarios, como para intercambiar mensajes de texto, mensajes de voz, imágenes, videos, etc.

En este mundo virtual habita un mundo paralelo al que hemos denominado “la Internet de los muertos”, esa que contiene la identidad digital de seres humanos ya ausentes físicamente, de empresas que dejaron de ser y de contenidos olvidados en los recónditos laberintos de esta gran telaraña…

[1] Internet Live Stats

[2] World Health Org (WHO) — Adult Mortality rate

[3] Historia de la Internet

--

--

Marvin G. Soto
Marvin G. Soto

Written by Marvin G. Soto

Pensador, innovador, luchador, enamorado de su profesión, apasionado por las letras… de dificil renunciar y lejano a rendirse…