Mentores…
En Costa Rica, los procesos de mentoría como herramientas de desarrollo humano y profesional, han sido adoptados livianamente y quiza requieran ser desarrollados con mayor amplitud.
En este contexto, muchos recibimos como primeros mentores a nuestros padres, luego a algún maestro, profesor itinerante o a algún amigo. Todos ellos, al abrigo de la informalidad, nos han ayudado a desarrollar nuestras habilidades blandas y a explorar el autoconocimiento de nuestras capacidades y talentos.
A lo largo de mi vida he escuchado frases como “nunca olvides quién eres o de dónde vienes”… siendo apasionado y cabezón en lo que emprendo, algunos me han recordado por ejemplo: “el poder de escuchar”, “el poder de la empatía”, “la importancia de ser inclusivo” y “de empoderar a todos los que están a nuestro alrededor”. También me han transmitido que un buen mentor, es a la vez un asesor y un defensor y que no se trata solo de dar un buen ejemplo, sino además de marcar la diferencia.
Diversos estudios han visibilizado que los jóvenes con mentores tienen muchas más probabilidades de tener éxito en el sistema educativo, estar preparado para la carrera que elijan y para convertirse en líderes en sus empresas, organizaciones o comunidades.
Los procesos de mentoría como herramientas de desarrollo humano y profesional, no han sido adoptados ampliamente en Costa Rica y muchos llegamos a la edad productiva con una mentoría positiva minima. Es algo que como sociedad podemos y debemos cambiar. Sin duda, es un área donde el sistema educativo y las empresas, organizaciones o comunidades deben desempeñar un papel medular.
Sí, se trata de ayudar a aquellos que se enfrentan a los pronósticos adversos para alcanzar su potencial, simplemente porque nadie les ayudó a darse cuenta de que tenían alguno. Es la cosa más inteligente que podemos hacer como país, porque si podemos ayudar siquiera a una fracción de estos jóvenes se beneficiaría nuestra economía y nuestro país en su conjunto.
Parecerá raro, pero este es un asunto de negocios, de potenciar la economía y desarrollar el país. Hay 3 formas en que un programa de mentores fuerte y decidido, puede ayudar a potenciar al máximo a los jóvenes:
1. Mentores para construir la conducción de talento más fuerte.
Por lógica, para que las empresas, organizaciones o comunidades tengan éxito, es fundamental reclutar y/o desarrollar talentos. Eso significa que -más que nunca-, nos toca actuar para asegurar que los jóvenes de nuestras comunidades tengan todas las oportunidades posibles, para alcanzar su pleno potencial.
Un desafío en esto, es que muchos estudiantes viven en lugares en los que simplemente no existe la infraestructura que facilite este proceso. Incluso, todavía hay muchos jóvenes que no tienen familiares o amigos que culminaron sus estudios, por lo que no consideran su desarrollo humano como una opción primaria. Peor aún –cosa que me consta por provenir de zona rural-, el acceso a las ventajas educativas para la formación superior está centralizado en el GAM.
Propiciar un Programa formal de Mentores ayudará a los jóvenes a empezar con el pie derecho, trabajando con ellos e instruyéndolos sobre el acceso a sistemas de becas y/u oportunidades de emprendimiento, de innovación y desarrollo de iniciativas, les apalancaría fuertemente en la búsqueda de su potencial.
Decir que de zonas rurales, muchos llegamos a la capital “como tontos sin Mamá”, tratando de salir a flote para alcanzar nuestros sueños, sin orientación o una guía que nos asegure nuestros ideales.
La mentoría es también un gran lienzo para desarrollar una reserva de talento más diverso. Esto debido a que al ser los jóvenes de orígenes y costumbres distintas, es posible que no hayan conocido oportunidades de estudio en las que quizá descubran mayor vocación. En este sentido es importante ampliar la forma en que estos jóvenes se imaginan sus oportunidades.
2. Recordar que la mentoría debe ser una vía de doble sentido.
La mentoría es una parte crucial del desarrollo profesional dentro de un sistema. De manera que es mandatorio que las organizaciones educativas y de trabajo incluyan programas de asesoramiento -como parte de la capacitación formal- para las nuevas contrataciones, lo que ayudará sin duda, a iluminar el camino hacia el éxito de los nuevos integrantes del sistema y facilitará que alcancen su potencial pleno de manera más rápida.
Eso es muy valioso no sólo para los aprendices, sino que a menudo, también el mentor encuentra la experiencia útil y edificante. La mentoría requiere que se tome el tiempo para reflexionar sobre sus experiencias pasadas, en un proceso de descubrimiento de lecciones útiles para transmitir, lo cual vuelve al mentor y lo fortalece.
Sumado, escuchar al seguidor, nos coloca en situaciones que nos hace cuestionar posturas o pensamientos. Esto es algo que he notado en muchas de las organizaciones que he estado, en los negocios y el gobierno por igual. Las personas que se transforman en mentores, se vuelven más fuertes, líderes más inclusivos, más reflexivos. De ese modo, fortalecen sus organizaciones y su rol, lo que deviene en un liderazgo más positivo y fuerte.
3. Programa de mentores para crear.
La clave para un programa de mentores exitoso, consiste en concentrarse en las fortalezas únicas del sistema, de la organización, del país; para luego traducirlos para ayudar a impulsar a los jóvenes hacia adelante en ese macro entorno. Necesitamos preguntarnos: ¿Qué podemos ofrecer que nadie más ofrezca? Es decir; la mentoría es única para cada organización y para cada individuo; aunque el desarrollo de múltiples habilidades blandas, es útil al universo de sistemas.
En algún lugar –o en muchos lugares-, los jóvenes están entrando en la edad adulta sin nadie que los guíe, a muchos ya nos pasó. Eso no es bueno para ellos, no es bueno para nuestras organizaciones, no es bueno para el sistema y es ominoso para el futuro de nuestro país.
Debemos intensificar nuestras acciones y esfuerzos para hacer una diferencia. La mentoría es un buen comienzo.
Piense en los mentores –sin que supieran quizá que lo eran-, que le ayudaron a usted a que apuntara en la dirección correcta. Ahora es nuestro turno devolver el favor.
Desarrollado a traves del documento base original escrito en inglés por: Mark Weinberger (Global Chairman & CEO, EY)