Privacidad y datificación en tiempos convulsos.
Como emprendedor y como CTO, he recibido estos últimos días una cantidad nada despreciable de ofrecimientos para software de teletrabajo… parece ser el tema de moda dadas las circunstancias en que debemos sostener la economía global, mediante el aprovechamiento de la tecnología.
Desafortunadamente, hay consideraciones de seguridad que debemos tomar, porque aun en medio de esta situación hay empresas y actores malignos.
Vamos a tomar como ejemplo a la plataforma Zoom, misma sobre la que expertos en privacidad han expresado previamente sus preocupaciones sobre, para ser puntual la primera vez en el año 2019.
Para entonces, el software de videoconferencia experimentó un escándalo al señalársele por el uso no autorizado de las cámaras web de los dispositivos en que se instalaba. Sumado, esta situación de acceso, suscito un error que permitió a usuarios desconocidos fisgonear y unirse a reuniones de video a las que no habían sido invitados.
Ahora, en este mes de marzo la Electronic Frontier Foundation advirtió a los usuarios que trabajan desde casa sobre las características de privacidad integradas de este software, a raiz del aumento en la actividad del trabajo desde el hogar por el COVID-19; una situación que ha motivado que Zoom se haya convertido rápidamente en la aplicación de video reunión preferida
Imagínense ustedes en una sesión remota. La aplicación de conectividad pide acceso a la cámara, al disco, al micrófono, a grabar la sesión o reunión y almacenarla en un servidor en algún lugar del ciberespacio, etc. Es decir, tu dispositivo podría ser examinado remotamente en busca de información de interés… Sumado, has dejado boronas digitales en el registro a la aplicación como tu correo, teléfono, contraseña, ubicación geográfica, datos biométricos, etc.
A estas alturas, alguien debe haberte dicho que en aras de proteger tu privacidad no debes usar Facebook para iniciar sesión en otros sitios y/o software, a menos que desee que Facebook tenga acceso a los datos sobre lo que está haciendo en ese otro lado y/o viceversa.
Pues fíjese que tragedia, porque Zoom ha sido atrapado enviando sus datos a Facebook, ya sea que Usted tenga o no una cuenta de Facebook. ¡Algo huele mal aquí… algo se cuece tras bambalinas! Cierto?
El lenguaje alegre en la política de privacidad de Zoom sobre su relación con los procesadores de datos de terceros da una razón para preguntarse dónde más, y en qué medida, se comparten o venden esos datos que no conocemos.
“Zoom utiliza ciertas herramientas publicitarias estándar que requieren datos personales (por ejemplo, Google Ads y Google Analytics). Usamos estas herramientas para ayudarnos a mejorar su experiencia publicitaria (como publicar anuncios en nuestro nombre a través de Internet, servicios personalizados anuncios en nuestro sitio web y servicios de análisis) “, dice la política. “Compartir datos personales con el proveedor externo mientras usa estas herramientas puede caer dentro de la definición extremadamente amplia de la ‘venta’ de datos personales bajo ciertas leyes estatales porque esas compañías pueden usar datos personales para sus propios fines comerciales, así como para los propósitos de Zoom”.
¿Te horroriza? Pues hay más… esta es la práctica ya evidenciada de Zoom uno de los tantos servicios para apoyarse en el trabajo remoto o en la simplificación de gestiones en nuestra modernidad cotidiana.
Es decir; así como Zoom comparte datos con muchos anunciantes y analizadores de datos, en suficientes países; que en general calificaría como vender sus datos, es algo que también hacen otros. Ósea, no solo Zoom o Facebook lo hacen, sino que todos en mayor o menor grado lo estan haciendo, solo que no han sido descubiertos y/o expuestos o bien, te ha valido madre la letra menuda de sus contratos.
¿Habremos perdido el derecho a nuestra privacidad, el derecho al olvido y a al control de nuestra información voluntariamente?